Perdón divino para un vampiro
Tras la paliza que el párroco le ha propinado al vampiro con un crucifico sin que éste se abrasara, el chupóptero se explica: «Mi apostasía, mi descreimiento, padre, eran la causa de mi mal, pero mi arrepentimiento me ha salvado. Ya no me abrasa el tacto de lo sagrado porque tengo fe». El vampiro está decidido a conseguir el perdón divino…