Condenada al silencio
Luna ya se encuentra a salvo. Juan la ha rescatado de la Cueva del León Marino, aunque no han podido salvar a su hermana. Ahora Luna despierta en un lugar extraño. Juan, un humilde pescador de Tabarca, espera paciente con un plato caliente en el fuego. Le dice algo, pero Luna… está condenada al silencio.