Presagios cumplidos
La suerte le ha dado la espalda al picaflor de Bernardo. El bombeo de imágenes de su pasado más reciente le abrasa las entrañas. Helen le engaña con su amigo Alfredo y lo ha visto con sus propios ojos. El mismo Alfredo que le vaticinó que lo suyo con la sueca fracasaría. Presagios cumplidos. Y todavía le queda la llamada de Ana Alvedro, la madre de su hija no reconocida…